Después de las denuncias por maltrato y explotación laboral hacia los trabajadores de las nuevas plataformas, la empresa Rappi se convirtió otra vez en el blanco de las críticas por un supuesto “concurso” para su campaña de publicidad. La app de envíos convocó a diseñadores y creativos para realizar sus piezas gráficas y de video a cambio de un premio que sería anunciado después de publicar los anuncios y evaluar cuál rindió mejor. La Asociación Argentina de Publicidad criticó la iniciativa por “disfrazar” de concurso una “situación en que profesionales trabajan gratis”.

“Estamos lanzando un concurso para diseñadores, publicistas y agencias creativas pequeñas para crear la pieza gráfica o el video que mejor se desempeñe en nuestra pauta online. Lo bonito del concurso es que el ganador no lo elegimos subjetivamente: pautamos todos los anuncios de todos los participantes y gana el anuncio que mejor conversiones tenga”, anunció Estanislao Sánchez Lacoste, parte del equipo de Rappi.

El anuncio detallaba los formatos en que debían ser enviados los trabajos -Instagram posts, videos o stories, YouYube videos, Bumper ads o Google ads- que competirían por un primer premio de 15.000 dólares. Los avisos, seguía el anunció, podían cubrir cualquiera de “las ventajas de Rappi” con “total libertad para intentar cosas lindas, feas, retro, modernas, chistosas o aburridas o lo que sea más efectivo para lograr un nuevo usuario”.

Las críticas no tardaron en llegar. En Twitter, los usuarios calificaron a la empresa de “negrera” y propusieron hacer una campaña a la inversa, para demostrar su mala actitud. “Hagamos una cosa: pidamos todos los deliverys de comida, veamos cual nos gusta más y pagamos ese”, propuso un usuario.

Más allá de los chistes, la Asociación Argentina de Publicidad (AAP) calificó la iniciativa de Rappi como “una práctica son absolutamente contrarias a la ética y a la normativa vigente”.

“Es imprescindible que todos los anunciantes entiendan que el trabajo de creativos, diseñadores, community managers y cualquier otro especialista tiene un valor y que todo profesional al que se le solicite trabajo debe ser remunerado por ello”, aclararon desde la Asociación.

Según la AAP “disfrazar” de concurso una situación en la que profesionales trabajan gratis “es inadmisible desde el punto de vista ético y contrario a todas las buenas prácticas de nuestra industria”.